Los efectos de la pandemia que hemos empezado a vivir en 2020 suponen un cambio radical en las costumbres y los hábitos de compra por parte de los consumidores. En particular, el sector asegurador se enfrenta a retos inéditos, dada la disrupción de las cadenas de distribución habituales, los nuevos intereses y prioridades de los consumidores en materia de compra de coberturas de seguro, entre otros.
La posibilidad de nuevos confinamientos, el impulso del teletrabajo, una nueva aproximación al turismo y a los espacios de ocio, el auge inédito de las telecomunicaciones y las ventas a distancia, entre otras situaciones, requieren por parte del sector asegurador respuestas eficientes a las nuevas necesidades en materia de aseguramiento. Figuras como el seguro on-demand se postulan como respuestas urgentes ante este nuevo escenario.
Principales rasgos de los seguros on-demand
Nos encontramos ante una figura jurídica que se caracteriza ante el consumidor por su contratación instantánea e inmediata. Así, normalmente el seguro on-demand aparece ligado a un bien de consumo o un servicio, de forma que se ofrece al adquirente la posibilidad de asegurar una contingencia ligada a dicho bien o servicio en el mismo momento en que lo adquiere o contrata. El consumidor finaliza la transacción disponiendo tanto del bien o servicio deseado -un viaje, un teléfono, un ordenador, etc.- como de un seguro ligado a riesgos conexos al mismo -cancelación, pérdida o robo, por ejemplo-. Un ejemplo clásico de esta figura ha sido el seguro de asistencia en viaje, donde se han consolidado las técnicas de venta del seguro ligadas a la adquisición de un billete de avión u otro medio de transporte.
El contenido completo de la Nota Jurídica se encuentra en el PDF.