La buena fe y el mantenimiento del estado del riesgo son fundamentales en los contratos de seguro, porque sustentan una relación justa entre asegurado y aseguradora. La Corte Suprema de Justicia, en la Sentencia SC651 de 2025, analizó qué pasa cuando estos principios se ven afectados, especialmente ante cambios como el traslado de mercancías aseguradas a otra ciudad. Este caso permitió revisar la importancia de notificar la agravación del riesgo, la respuesta de la aseguradora y el valor de la confianza legítima.
En tal sentido, la Corte reconoce que la carga de notificar la agravación del riesgo es del asegurado, pero también enfatiza que la aseguradora, al tener conocimiento efectivo del cambio, debe actuar de forma diligente para revocar, ajustar la prima e inclusive exigir garantías por escrito. Este enfoque busca equilibrar la protección del asegurador frente a riesgos que no estaba dispuesto a asumir y salvaguardar al asegurado de terminaciones sorpresivas cuando la conducta de la aseguradora induce a confiar en la continuidad del seguro.
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