Allí quedó claro que mientras el 77% de los encuestados afirma que la IA nunca debe tomar decisiones finales, el 54% ya la usa para ahorrar tiempo y el 44% para reducir costos, confirmando que los servicios legales apalancados en tecnología están transformando radicalmente cómo se resuelven las disputas comerciales internacionales. Y me atrevo a decir, nacionales también.
Para 2030, el estudio proyecta que el 52% de árbitros dependerán rutinariamente de IA, dando origen a nuevos roles profesionales híbridos. Ya no será suficiente ser un “buen abogado” sino manejar de forma adecuada y con responsabilidad las herramientas que día a día están surgiendo y/o perfeccionándose.
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