El coaseguro es una figura esencial en el mercado asegurador colombiano, ya que permite que varias aseguradoras asuman conjuntamente un mismo riesgo, distribuyéndose éste de manera proporcional. No obstante, la definición del concepto, así como su aplicabilidad en el contexto legal, no resultan del todo claras en un contexto donde abunda la ignorancia de la ley.
En ese sentido, una distinción relevante que genera confusión en la interpretación de la ley es la existente entre el coaseguro y la concurrencia de seguros. En reciente decisión del 19 de septiembre de 2025, el Consejo de Estado resalta la necesidad de un acuerdo previo entre aseguradoras para la configuración de un coaseguro. De esta forma, se entiende que una eventual figura de “Coaseguro de hecho” resultaría inviable jurídicamente en tanto se requiere de la acreditación de un acuerdo de voluntades. Adicionalmente el Consejo clasifica al coaseguro como una modalidad dentro del marco general de la coexistencia de seguros.
No obstante, la distinción principal en la que se enfoca la corporación es la distribución del riesgo. Mientras la concurrencia de seguros como género implica por lo general una obligación solidaria entre una pluralidad de aseguradoras, en el coaseguro, esta obligación debe ser estrictamente conjunta, entendiéndose que el riesgo debe estar distribuido bien sea en valores absolutos o de forma porcentual.
La interpretación del Consejo de Estado refuerza la idea de que el coaseguro no es simplemente una coexistencia accidental de pólizas, sino un contrato de colaboración que exige coordinación entre aseguradoras. Si bien la ley sienta las bases fundamentales del coaseguro, aspectos como la naturaleza contractual y la aplicación en presencia de reaseguros, generan la necesidad de un mayor desarrollo legislativo, en un mercado asegurador que sin duda alguna tiene un crecimiento exponencial en Colombia.