El Túnel del Toyo es, sin duda, la obra de infraestructura vial más importante para Medellín y el Departamento de Antioquia. Esta megaestructura, que conectará a Medellín con el Urabá antioqueño, fortalecerá la competitividad logística del departamento y dinamizará el desarrollo económico de la región.
Recientemente, el Instituto Nacional de Vías (INVIAS) oficializó la cesión del tramo II del proyecto a la Gobernación de Antioquia, lo que marca un nuevo capítulo en la gestión de esta obra estratégica. A partir de ahora, el departamento asume directamente la responsabilidad contractual, técnica y financiera de su culminación y futura operación.
La cesión se realiza en el marco de la Ley 80 de 1993, y la normas civiles y comerciales de acuerdo con los artículos 13, 32 y 40 de esta Ley, que permiten la transferencia de derechos y obligaciones contractuales entre entidades públicas. Esta figura exige que se respeten los principios de planeación, eficiencia y equilibrio contractual, así como las condiciones fiscales previstas en la Ley 819 de 2003.
En este contexto, es fundamental que la Gobernación de Antioquia no solo asuma el control del contrato cedido, sino que también ejerza una supervisión -y si se puede, control- rigurosa sobre todos los contratos accesorios o conexos que hayan sido incluidos en el Proyecto inicial. Esto implica que la Gobernación debe revisar y controlar los contratos de interventoría, consultoría, suministros y cualquier otro acuerdo que incida en la ejecución y operación del Túnel del Toyo. El control sobre estos contratos es esencial para garantizar la trazabilidad de las decisiones, la eficiencia en la gestión de los recursos y la transparencia en el manejo de los fondos públicos. Además, la Gobernación debe fortalecer sus mecanismos de supervisión y control interno, asegurando que todos los procesos contractuales se ajusten a los principios y normas que los rigen.
En cuanto a las fuentes de financiación, la Gobernación de Antioquia puede recurrir a diversas fuentes para culminar y operar el Túnel del Toyo. Entre estas fuentes se encuentran los recursos propios del Departamento -incrementados por la entrada en operación de Hidroituango-, las transferencias de la Nación, los créditos internos o externos, la emisión de bonos, la utilización de vigencias futuras, la celebración de acuerdos de refinanciación del Proyecto, la financiación por valorización y la titularización de flujos futuros. Del mismo modo, podría considerarse la estructuración de una asociación público-privada para realizar su operación y mantenimiento.
La adecuada gestión de estas fuentes de financiación, sumada a un control estricto sobre todos los contratos involucrados en la cesión, será determinante para el éxito del proyecto y para asegurar que el Túnel del Toyo se convierta en un motor de desarrollo para Antioquia y la región.