La gestión del conocimiento es hoy en día un gran reto al que nos enfrentamos los despachos de abogados. Una gestión que si bien no es nueva, si son nuevos los parámetros en los que nos tenemos que mover para que la misma cumpla su verdadera función: rentabilizar al máximo nuestro conocimiento para ofrecer a los clientes un excelente asesoramiento personalizado que marque la diferencia.